La atención temprana es el conjunto de intervenciones dirigidas a menores con edades comprendidas entre 0 y 6 años, a la familia y al entorno que tienen como objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo. Estas intervenciones deben considerar la globalidad del niño y debe ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar.
Objetivos de la atención temprana
Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el desarrollo del niño.
Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.
Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.
Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.
Por lo tanto, partiendo de estos objetivos podemos decir que es indispensable intervenir en edades tempranas, para detectar y/o prevenir alteraciones o deficiencias que se puedan presentar, para desarrollar el máximo de capacidades y habilidades en el niño.
Además se debe aprovechar la plasticidad cerebral en estos primeros años de vida para reducir los riesgos de una lesión o discapacidad, y compensar el desarrollo del niño para que este sea lo más adaptativo posible.
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