Antes de leer el blog, sonríe Oretani@
Dicen que los ojos son la ventana de la mente. Ojos grandes, pequeños, pero con la mirada fija, ojos que describen el miedo de enfrentarse a lo desconocido. La mayoría de las personas que reciben la noticia de una discapacidad adquirida (obtenida tras un accidente o enfermedad en la que la persona queda con secuelas), necesitan ser conscientes de los cambios sufridos a nivel físico y psicológico.
Todas las personas ante una situación de amenaza o estrés sufren un fuerte impacto emocional, que debe tratarse de forma adecuada con tratamiento psicológica.
Cada persona tiene sus propios medios para enfrentarse a estas situaciones, medios que se transforman en una serie de reacciones más o menos útiles. Por eso mismo, afirmamos que las reacciones ante la discapacidad, normalmente es un ejemplo de su forma habitual de reaccionar al estrés. Las respuestas emocionales más comunes suelen ser:
Estas reacciones suelen ser normales y no se consideran de extrema gravedad a no ser que la duración, intensidad y frecuencia sean elevadas y no permitan a la persona vivir su vida de forma normal y con una sonrisa.
La actitud que una persona con discapacidad adquirida, puede variar entre una de estas dos y dependerá de las ganas o no de luchar ante esta:
– Aunque, a veces, no puedas elegir tener o no una discapacidad, sí puedes escoger cómo vas a vivirla.
– A menudo, no podemos controlar cómo nos sentimos o cómo reaccionan los demás, pero sí podemos elegir como vamos a responder.
– Elegir una actitud también conlleva cómo queremos sentirnos mientras convivimos con la discapacidad.
– Aceptar que cada persona elige su actitud, demuestra responsabilidad e iniciativa.
– Escoger una actitud y actuar como una víctima, es incompatible.
La actitud que elijas, mostrará lo mejor de ti mismo o lo peor, por lo que ¿Aún dudas que sonreír y tener pensamientos positivos no es tu mejor opción