¡Buenas tardes Oretani@s!
Hoy sábado 12 de octubre, es el Día Mundial de Cuidados Paliativos y nos vamos a centrar en este tema cuando afecta a personas con discapacidad intelectual.
Los Cuidados Paliativos intentan que los pacientes pasen sus últimos días conscientes y libres de dolor, con los síntomas controlados, manteniendo su dignidad, y disfrutando de su hogar o algún sitio lo más parecido posible, rodeados de su gente.
Los Cuidados Paliativos no aceleran ni detienen el proceso de morir, tampoco prolongan la vida. Solo intentan estar presentes y aportar los conocimientos especializados de cuidados médicos y psicológicos, y soporte emocional durante la fase terminal en un entorno que incluye el hogar, la familia y los amigos.
Las personas con discapacidad intelectual tienen problemas en el lenguaje dependiendo del grado de discapacidad que tengan, por la fuerte interrelación entre el pensamiento y este. En entornos hospitalarios, la comunicación con el paciente tiene gran importancia. Existen diferentes formas de comunicarse con estos de “forma accesible” como puede ser: pictogramas, símbolos o fotografías, comunicadores sencillos o dinámicos.
¿La atención dada por el personal sanitario a las personas con discapacidad es la adecuada?
- Problemas cognitivos y de comunicación (como hemos mencionado antes), por lo que pueden tener dificultad para reconocer y comunicar dolor, molestias u otros síntomas, por lo que la historia clínica del paciente se obtiene mediante terceras personas.
- Dificultad para realizar la exploración física, debido a la ansiedad que puede presentar el paciente.
- Estos dos factores anteriores requieren disponer de tiempo para llevar a cabo la historia clínica y la exploración física, y no siempre se cuenta con este tiempo en Atención Primaria.
- Actitudes negativas en cuanto a la calidad de vida de las personas con discapacidad por parte de los profesionales, que hacen que no siempre se les preste la atención que necesitan.
Morir no es algo que temer. Puede ser la experiencia más maravillosa de su vida. Todo depende de cómo se ha vivido. Elisabeth Kübler Ross